ya casi no recuerdo
las horas de espera
las mañanas eternas
y yo enferma
y tú distante
esperando
impaciente
por mí
porque volviera
y yo confundida
sin saber
qué quería o no hacer
pero volví
y luego
te fuiste tú
y soy yo quien hoy espera
que sanes
que vuelvas.
El pecado infernal del Descontento | Thomas Boston
Hace 11 meses
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